miércoles, 20 de enero de 2010

Ensayo de Roosvelt

En el ensayo de Roosvelt se lee: " Como toda profesión o arte, la Consultoría demanda una serie de habilidades y destrezas que se adquieren con el tiempo; el Consultor es como aquel roble que al comienzo de su vida no es más que un pequeño arbusto, pero con el pasar del tiempo se va fortaleciendo, estructurando, madurando, adaptando y acompasando, hasta llegar a ser ese emblemático árbol robusto que en conjunto emite un sistema radical, penetrante y profundo.
El Consultor se va consolidando, crece a medida que enseña, porque cuanto más enseña, más aprende. Se concierte en un excelso conversador que administra finas costumbres; don de gentes, don para servir.
Un buen Consultor investiga, estudia, pero sobre todo observa y aprovecha cada momento para escudriñar su vida, sus experiencias y sus vivencias, en busca de esa herramienta que le permite abrir puertas, explorar territorios y construir nuevas historias.
El consultor es metódico, sistemático, visionario y recursivo. En cierta ocasión la preguntaron a un Consultior empresarial acerca de la causa de su éxito, a lo cual replicó: "Vivo, Veo, Aprendo y Doy".
El Consultor es ese Gurú, el gran Maestro, el Abuelo, aquel que sin saberlo todo, asimila la información, y vuelve explícito su conocimiento tácito. El consultor hace suyo el conocimiento de otros, con el fin de adoptarlo y adaptarlo con el único fin de producir nuevo conocimiento para ponerlo al servicio de los demás"